GACETILLA DE PRENSA ENVIADA DESDE PRENSA DEL CONCEJO DELIBERANTE A NOTICIAS IPIEl Concejo Deliberante de Rivadavia, en Sesión Ordinaria del martes 29 de setiembre de 2009, aprobó las siguientes normas:
ORDENANZA N° 4.452
Esta Ordenanza se sanciona a partir de la presentación realizada por el Agente Municipal Jorge Omar Beneretti, en la que solicita se imponga nombre al Cementerio Municipal de Rivadavia.
Por unanimidad, tras las consideraciones de estilo, se dispuso:
Artículo 1º: Nomínese “GERARDO NOE FERREYRA”, al Cementerio Municipal de Rivadavia.
Artículo 2º: Ordenar al Departamento Ejecutivo Municipal, para que en conjunto con el Concejo Deliberante de Rivadavia, procedan a colocar una placa recordatoria en la entrada principal del Cementerio Municipal.
DATOS DE GERARDO NOE FERREYRA:
Nació un 24 de setiembre de 1914, en la Serena del Distrito Los Campamentos, siendo sus padres don Moisés Salvador Ferreyra y Rosa Esther Ponce, a la edad de 12 años se traslada al distrito La Libertad, junto a su familia en la propiedad de las Acacias.
Comenzó sus estudios primarios en lugar, siendo alumno de la docente Leonor Ferreyra de quién era sobrino. Posteriormente ingresa a la Fuerza Policial, siendo designado para prestar servicios en los distritos de Los Árboles y Medrano, así fue que en el año 1.941 por obra del azar recibe una denuncia de robo por parte de la señorita Anita Timonieri quien más tarde fuera su esposa y justamente fue en el domicilio de Vicuña Prado 41, donde recibió la denuncia y allí es desde entonces está emplazada la cochería..
El matrimonio se acrecentó con el nacimiento de sus hijos: Heriberto Gerardo; Rosa Antonia; Ana Cristina (fallecida) y Ana Elena.
Durante el transcurso de estos hechos ejerció el cargo de Sub Comisario de la villa cabecera, allí recibe la orden de trasladarse a Ñacuñán luego de analizar la propuesta decide retirarse de la institución y dedicarse a la actividad privada en el año 1948.
Don “NOE” así se lo llamaba a este querido y respetado vecino, considerado un trabajador incansable con una vocación de servicio y solidaridad hacia toda la comunidad, no sólo los que vivimos en este departamento recibimos en algún momento que nos toco pasar por tristes experiencias, recibimos su aliento, su comprensión no solo espiritual sino de ayuda económica brindándonos plazos para afrontar los gastos funerarios, muchos de los cuales no fueron abonados y es de hacer notar que esta actitud la tenía con personas de otros departamentos. Tanta fue su generosidad y su negativa a hacer cobros judiciales que la empresa estuvo financieramente al borde de la quiebra. Con sus hijos en 1996 se tomó la decisión de que fuera su hija (Ana Elena) quien administrara la empresa, y posteriormente dos años después se hace cargo su hijo Heriberto Gerardo hasta la fecha.
Podemos decir que este vecino, se hizo merecedor del cariño y reconocimiento de los hijos de esta Ciudad quienes siempre lo llevaremos en nuestro recuerdo, como ejemplo de un hombre caritativo y solidario, falleció el día 07 de marzo de 2002, de un paro cardiorespiratorio y sus restos descansan actualmente en el cementerio de Rivadavia.
El Concejo Deliberante de Rivadavia, ve con beneplácito la oportunidad de rendir este homenaje a este vecino por ser ejemplo de humildad, predisposición de solidaridad y compasión a cuenta persona solicitó su ayuda.
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